Citar fuentes, pero fuentes de verdad

Escribía con sorna Manuel Jabois en estas mismas páginas, hace unos días, que los políticos y demás personajes poderosos de España les cuentan cosas tremebundas a los periodistas... pero les prohíben publicarlas. Más allá de la sátira podemos decir que, efectivamente, las cuentan pero luego prohíben al periodista citarles a ellos ni a nada cercano a ellos como fuentes de esa información.

Ésa es una de las razones por las que en el periodismo español aparecen muchas menos informaciones atribuidas a una fuente identificable que en el anglosajón y aun que en otros más cercanos en forma y fondo, como el francés o el italiano. No es la única razón, claro. En este país el pánico a dar la cara es general y muchas fuentes exigen el anonimato. Es una situación nacida de una larga historia de falta de libertades y también, aun en democracia, de falta de garantías jurídicas y judiciales para la libertad de expresión y para el cumplimiento del derecho de los ciudadanos a saber algo más que lo oficial. Que entre un periodista en una comisaría a preguntar por qué ha sido detenido un inmigrante africano: se arriesga como poco a que lo pongan de patitas en la calle...

Frente a esa realidad, las normas internas de los medios informativos, como por ejemplo el Libro de Estilo de EL MUNDO, siguen insistiendo en que una información con atribución a fuentes reales y de autoridad es la deseable, porque adquiere un peso mucho mayor. Pero de ahí a que se cumplan esas expectativas sigue mediando un trecho.

Lo que es menos de recibo es disfrazar una historia sin fuentes como una historia con fuentes. Así, El País publicaba una vistosa información titulada El Papa Francisco contempla entre sus reformas nombrar cardenal a una mujer, firmada desde Río de Janeiro por su corresponsal religioso Juan Arias.

Un asunto sensacional, sin duda. Pero un poco menos cuando se leen las atribuciones que se hacen en el texto: «Es algo que le ha pasado por la cabeza al Papa Francisco». Ni una mención de que se lo haya dicho a alguien. Adivinar los pensamientos, como fuente periodística... El resto, una enumeración de gestos y palabras del nuevo Papa sobre el papel de la mujer en la Iglesia y un recordatorio de que, si la mujer accede al diaconado, puede ser nombrada cardenal sin ser obispo.

Esto se llama hipótesis, elucubración, o incluso manipulación. Pero no es información.